Del ‘informe embrión’ de Sor Juana al ‘elemental Adán’ de Borges.

Del informe embrión de Sor Juana al inhábil y rudo y elemental Adán de sueño de Borges o de cómo intuir la pervivencia en la literatura latinoamericana de la conjunción ciencia ficción / hermetismo [2012]

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En 1983 el poeta brasileño Régis Bonvicino incluye en su libro Sósia da Cópia un extraño suelto de tono periodístico -“Borges, também ficção?”- en el que le informa al lector que el escritor argentino es apenas un invento. Dos datos de esa noticia me interesan. El primero es que la invención nace de un complot orquestado por intelectuales argentinos que contratan a un actor italiano de segunda categoría para que sea la cara visible de los textos borgeanos. El segundo dato –los conspiradores construyen esa imagen autoral basándose en ´secretos masónicos´- recuerda la trama heterodoxa de la obra borgeana anudada con cábala, alquimia y gnosticismo. El ‘Borges’ de Bonvicino sería, en consecuencia, un personaje de ciencia ficción creado por conspiradores con rituales y conjuros herméticos.

La fusión ciencia ficción / hermetismo es una historia tres veces centenaria. El peregrinaje del hermetismo neoplatónico hacia la América colonial a partir del siglo XVII, mediante la obra del jesuita alemán Athanasius Kircher (1601/1602-1680), generó las condiciones intelectuales y culturales para los inicios latinoamericanos del género.

Esa visión hermética, mestizada con las cosmovisiones nativas, sustentó uno de los primeros textos de ciencia ficción en América Latina, el poema barroco Primero sueño (1685) de Sor Juana (¿1648/1651? – 1695), un laberinto de 975 versos construido como una silva, es decir, con estrofas de un número indefinido de versos que alternan siete y once sílabas, con rima perfecta. El poema narra la aventura nocturna del alma, encerrada en un ciborg-andrógino, que se proyecta hacia las profundidades espirituales e intelectuales, como si fuera un viaje al espacio exterior, con el fin de acceder al conocimiento universal.

El hermetismo incide en la ciencia ficción del poema con la imaginería del ascenso del alma que recubre al viaje intelectual nocturno; con los saberes estructurados mediante la ´gran cadena del ser´, un continuo que se extiende desde la divinidad a lo inanimado, entre cuyos eslabones se engarza el humano; con la mezcla de elementos orgánicos y de procesos maquínicos, conjuros, magias y técnicas que le dan al cuerpo ciborg de la durmiente, las condiciones para el ascenso, en un mundo barroco desdoblado; y con la tensión andrógina entre cuerpo (mujer) / alma (asexuada) –tensión explosiva durante la época de la colonia.

En el marco de la ortodoxia neo-escolástica implantada por los jesuitas, el hermetismo domesticado al que accede Sor Juana la coloca al límite de la herejía al tomar la figura del andrógino para cuestionar los privilegios masculinos en el acceso al conocimiento. El ataque contra la jerarquía eclesiástica sucede en Primero Sueño y en la carta autobiográfica, Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, la versión en prosa y, en clave de fantástico, del poema.

Durante siglos, innumerables autores conjugaron de distintas maneras hermetismo (androginia) y ciencia ficción. Las ficciones borgeanas -absolutamente distante del feminismo- se acercaron a esas discusiones al intentar pensar los intersticios de lo establecido. La filosofía política que se desprende de sus relatos es una trama ideológica cuya indeterminación disuelve la idea simplista de ‘Borges conservador’. Esto se advierte en su perspectiva cultural. Borges armó su narrativa hoy canónica revalorizando literaturas marginales, hasta el punto de escoger como material base dos discursividades herejes.

El interés de Borges por la ciencia ficción aparece temprano en su obra. Sin embargo, sus opiniones sobre el género -el uso de eufemismos como “imaginación razonada” (“Prólogo” a La muerte y su traje de Santiago Dabove, 1961)- y el consecuente respeto de la crítica, cristalizaron que su narrativa trabajaba con el fantástico (o con el policial). Con el paso del tiempo, su relación con la ciencia ficción se hizo más visible.

   Intermitente recurrencia (2006) es un claro ejemplo de relectura. Luis Cano toma “El jardín de senderos que se bifurcan”, cuento que para la tradición es un policial, y lo relee desde la ciencia ficción. Según Cano, idéntica revisión podría caberle al conjunto de El jardín de senderos que se bifurcan (Ficciones, 1944). Si en el “Prólogo” Borges habla de relatos fantásticos, acaso sea pura retórica. De los siete cuentos que componen el volumen, varios merodean la fusión ciencia ficción y hermetismo: “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, “La lotería en Babilonia”, “La biblioteca de Babel” y “Las ruinas circulares” –caso paradigmático del borramiento de la ciencia ficción por el fantástico entre los años veinte y sesenta del siglo XX en Hispanoamérica (Intermitente recurrencia, p. 55).

“Las ruinas circulares” cuenta la historia de un mago que quiere soñar a otro hombre, crearlo e introducirlo en el mundo real. El tópico ‘creación artificial de vida’ responde al homúnculo o golem de la tradición hermético-alquímica y es una imagen recurrente en la ficción científica. La procreación humana en el interior del mago se relaciona además con la transformación y el autoconocimiento propios de una práctica sagrada. La mención de la lengua “zend” sugiere que la acción transcurre en la Persia antigua, origen de esa doctrina demiúrgica que tiene ecos de gnosticismo y de hermetismo.

Los gnósticos son mencionados una vez en el relato. El mago intenta varias veces crear un ´ser´. Sueña un gran anfiteatro para escoger a los candidatos más calificados y falla. Opta por crearlo desde cero y no queda satisfecho porque se parecía a un Adán “inhábil y rudo y elemental” como las figuras concebidas por los demiurgos en las cosmogonías gnósticas. El mago intenta entonces resolver el problema invocando al dios Fuego a través del cual puede engañar para que todos crean que ese ´Adán elemental’ es humano. El final es aterrador. El fuego prueba que el mago que creía soñar y crear a otro, era sueño y creación de un tercero tan desconocido como el esquivo dios de los gnósticos.

“Las ruinas circulares” comparte con el poema de Sor Juana el núcleo narrativo de la creación de vida artificial fallida en el interior de un sueño, pero el fracaso de la práctica mágica tiene consecuencias diferentes.

En el poema de Sor Juana, la aventura intelectual de conocer ordenadamente provoca decepciones transitorias. El alma retrae la atención al sentirse apabullada por las entelequias y en su viaje alcanza apenas a concebir un ‘informe embrión’: “…aun no sabía/ recobrarse… del espanto/ que portentoso había/ su discurso calmado,/ permitiéndole apenas / de un concepto confuso/ el informe embrión que, mal formado,/ inordinado caos retrataba/ de confusas especies que abrazaba…” (Primero sueño, vv. 543-551). El fracaso parece transitorio porque en el futuro utópico anticipado por el ciborg, la mujer -codificada amazona, andrógina, guerrera- tendrá las mismas oportunidades que el hombre de estudiar, escribir, discutir.

En el cuento de Borges el fracaso de la procreación tiene una consecuencia distópica. En el futuro se hará más evidente la percepción de que la realidad es como la postulan aproximadamente los gnósticos, estructurada con diversos niveles de artificialidad. El gnosticismo cuestiona, dentro del texto de “Las ruinas circulares”, la categoría ´mundo empírico´ con la resultante de la paranoia para el mago. Y la paranoia es la cara solitaria de una moneda cuya contraparte colectiva es la conspiración.

El ´Borges´ de Bonvicino –como vimos- es un personaje de ciencia ficción que mezcla conspiración y secretos masónicos -en una continuación oblicua de “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”. Según la fuente apócrifa en la que se basa, esa criatura artificial parece obra de Víctor Frankenstein. En la perspectiva que seguimos aquí, el doctor Frankenstein es un errático demiurgo conocedor de los secretos alquímico-herméticos y que al igual que el mago de “Las ruinas circulares” quiere generar vida (el golem) sin participación femenina. Su autosuficiencia masculina producirá una ´cosa’ que será destructiva o mera ilusión.

Si pensamos esa conexión desde Sor Juana, advertimos contornos diferentes. La ciencia ficción del poema Primero sueño proyecta más de siglo después sobre la novela Frankenstein o el moderno Prometeo (1817) de Mary Shelley, rasgos como el ocultismo -Agrippa, Paracelso, Alberto Magno-, el gnosticismo, el “yo que cuenta” desde una escritura femenina, la androginia y la utopía fallida.

Por medio de estos rastros, la lección acaso quede ahora más clara. La fuerza creadora en la tradición gnóstica es obra de una pareja andrógina. Según esa cosmogonía, la divinidad   –el Intelecto- se desdobla en una entidad llamada Sophía (Sabiduría) de quien emanan las formas de este mundo infinito de astros. Frente al pesimismo paranoico de un individuo que, entre planos de irrealidad, quiere procrear aislado, la esperanza de la gnóstica Sor Juana que conspiró soñando un andrógino para que, en el laberinto barroco de un poema de ciencia ficción, luche por el acceso igualitario al conocimiento.

Siglos después de haberlo colocado en órbita mental, ese ciborg parece estar acercándose a encontrar la salida.///

Bibliografía

Bonvicino, Régis. “Borges, também ficção?” Sósia da Cópia [1983]. Primeiro tempo. São Paulo: Editora Perspectiva, 1995.
Borges, Jorge Luis. “Prólogo”. La muerte y su traje. Santiago Dabove. Buenos Aires, Editorial Alcándara, 1961.
Borges, Jorge Luis. “Prólogo”. El jardín de senderos que se bifurcan [1941]. Ficciones [1944]. Obras completas I. Buenos Aires: Emecé, 1993.
Borges, Jorge Luis. “Las ruinas circulares”. El jardín de senderos que se bifurcan [1941]. Ficciones [1944]. Obras completas I. Buenos Aires: Emecé, 1993.
Cano, Luis, Intermitente recurrencia. La ciencia ficción y el canon literario hispanoamericano. Buenos Aires, Corregidor, 2006.
De la Cruz, Sor Juana Inés. Primero sueño [El Sueño]. Obras completas I. Lírica personal. México, Fondo de Cultura Económica, 1995. [1685/1692] p. 411-439.//

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